Lo utilizamos para proteger nuestras viviendas y negocios pero, ¿cómo mantener un toldo en óptimo estado durante todo el año? ¡En breve lo sabrás! Antes, debes tener en cuenta cuáles son sus principales enemigos: las inclemencias del tiempo, la contaminación y los pájaros. Para paliar estos factores desfavorables, lo idóneo es realizar una limpieza en profundidad cada seis meses, preferiblemente en la época estival.

Pero también es necesario cuidar su aspecto con carácter semanal para lograr un excelente mantenimiento durante todo el año. ¿Cómo? Sigue estos 5 consejos y tu toldo lucirá como el primer día:

1. Límpialo. Para ello, retira el polvo acumulado en la superficie con una aspiradora y extrae la suciedad más resistente con agua tibia y jabón neutro. Puedes aplicarla con un pulverizador o con una manguera, dependiendo de la ubicación. Si detectas alguna mancha, procura eliminarla cuanto antes. El objetivo es que disipes la suciedad y posibles humedades que, con el tiempo, pueden adherirse a la lona, complicando el proceso de limpieza.

2. Aplica trucos. Para que la intensidad del color no se vea mermada, puedes añadir una pequeña cantidad de vinagre al agua. Otra opción es utilizar soluciones específicas para la limpieza de toldos en aquellas manchas más incrustadas, obviando siempre el uso de productos químicos inadecuados, como detergentes abrasivos. Puedes aplicarlas con un cepillo suave y debes aclararlas con agua abundante. Limpia los brazos con paños suaves, de micro fibra por ejemplo, o cepillos de cerdas muy suaves.

3. Sigue las recomendaciones. Probablemente tu toldo tenga un manual de uso. No lo pierdas de vista y sigue las recomendaciones sugeridas por el fabricante. El material de la lona determina el método de limpieza.

4. Recógelo seco. Sabemos que no siempre es posible, pero procura enrollar el toldo seco para evitar que le salga moho. Para que no se humedezca, en caso de lluvia, intenta recogerlo lo antes posible. Si el toldo está en tu vivienda, guárdalo en invierno; si protege el escaparate de tu negocio, recuerda enrollarlo cuando el tiempo sea desfavorable.

5. Revísalo. Cuando recojas el toldo, comprueba que ninguno de los elementos que lo conforman está dañado. Por ejemplo, después de un temporal. Esto impedirá que los brazos se desnivelen o que la lona se deforme. Lo idóneo es que un profesional lo revise con carácter anual, antes o después del verano. Y si percibes alguna anomalía, ¡no dudes en llamarnos! Solventarlo cuanto antes, evitará que el problema vaya a más.

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