La radiación es trasferencia de energía por ondas electromagnéticas y se produce directamente desde la fuente hacia fuera en todas las direcciones. Estas ondas no necesitan un medio material para propagarse, pueden atravesar el espacio interplanetario y llegar a la Tierra desde el Sol. La energía solar es el motor que mueve nuestro medio ambiente y la cantidad que llega a la superficie terrestre es 10.000 veces mayor que la energía consumida actualmente por toda la humanidad.

Teniendo en cuenta lo anterior, debemos ser conscientes de que una protección solar eficiente evita que las radiaciones solares incidan directamente en el interior de las viviendas a través de las ventanas evitando así sus efectos negativos. Si la protección es la adecuada podremos prescindir de los aparatos de aire acondicionado en verano y conseguiremos ahorrar energía. Para que sean más eficaces deben ir colocadas en el exterior del edificio de manera que intercepten la radiación solar antes de cruzar el vidrio. De esta forma se consigue reflejar y disipar la energía fuera del espacio habitable.

Lo ideal es que los elementos de protección solar sean móviles, es decir, que puedan recogerse, plegarse o apartarse para que no impidan la entrada del sol en invierno. En verano deben impedir la entrada de los rayos de sol directos pero no el paso de la luz indirecta. De esta manera podremos mantener unos buenos niveles de iluminación natural en el edificio. En este sentido los vidrios con tratamientos no serían una buena opción ya que al no dejar pasar la radiación, no permiten aprovechar en invierno la calefacción natural que nos proporciona el sol.

La altura y la posición del sol cambia a lo largo del día. Hay que estudiar la orientación del edificio y elegir la protección solar que se adapta mejor a las circunstancias de cada fachada. En el hemisferio norte, las fachadas sur y oeste son las más afectadas por la incidencia del sol y deben ser las prioritarias.

En verano debemos protegernos especialmente del sol que incide en la orientación sur entre las 12.00 y las 16.00 y sobre la orientación oeste entre las 16.00 y las 20.00. Esta es la peor orientación porque el edificio lleva todo el día calentándose y al estar el sol mucho más bajo entra de lleno por las ventanas.

Para lograr una adecuada protección solar que nos garantice un ahorro económico y energético es imprescindible un buen estudio y asesoramiento profesional. En Toldos Porriño tenemos la experiencia y el conocimiento experto necesario para proporcionar a cada cliente la solución que mejor se ajusta a sus necesidades.

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